Manny Pacquiao reveló que sabía casi tan pronto como inició su retiro que había cometido un error, y que la soledad y el amor por el deporte le habían llevado de nuevo al encordado.
El icono filipino, que colgó los guantes después de lo que se suponía que era una victoria de despedida sobre Timothy Bradley en abril, puso fin a su retiro de corta duración a principios de agosto.
El boxeador, de 37 años de edad, se entrena ahora con vista a reconquistar el título mundial de peso wélter cuando se enfrente al campeón de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), Jessie Vargas, en Las Vegas, el 5 de noviembre próximo.
Pacquiao había previsto inicialmente centrarse en su carrera política después de haber sido elegido para el Senado de Filipinas en mayo último.
Pero la política demostró no ser sustituta del pugilismo a los ojos del campeón filipino, que mostró tener aún bastante gas en el tanque con su victoria sobre Bradley hace cinco meses. “En primer lugar, cuando colgué mis guantes me di cuenta de que había sido un error”, dijo Pacquiao a la AFP el jueves.
“Me sentía solo. Y pensando en ello una y otra vez, pensé: ‘El boxeo todavía me gusta. El boxeo todavía me ama’. Entonces, ¿por qué detener mi carrera en el boxeo? Así que por eso decidí continuar mi viaje como boxeador”, declaró.
“No sorpresa”
Freddie Roach, quien ha estado en la esquina de Pacquiao la mayor parte de su carrera, reveló que el púgil había decidido regresar al ring antes de que siquiera se hubiera trasladado de regreso a las Filipinas desde Las Vegas después de la pelea de Bradley.
“Antes de salir para el aeropuerto, después de la última pelea, me dijo muy claramente: ‘Vamos a pelear de nuevo’”, reconoció Roach a la AFP.
“Yo sabía que después que se convirtiera en senador iba a pelear de nuevo. Sólo pensé que sería el próximo año”, acotó el entrenador.