Estos días, el diario New York Post, propiedad de Rupert Murdoch, ha tenido la osadía de dar en portada a una joven modelo eslovena, Melania Knauss (46), en todo el esplendor de su belleza (las fotos fueron tomadas en 1996, cuando tenía 26). Knauss se convirtió posteriormente en la tercera esposa del millonario Donald Trump, que pelea por llegar a la Casa Blanca el próximo mes de noviembre.
Lo desconcertante es que el New York Post es un diario que ha apoyado abiertamente la candidatura de Trump, por lo que más parece una voladura controlada que un auténtico despliegue de artillería.
El hecho es que las opciones de Donald Trump sufren más por sus desvaríos y su perfil lenguaraz (una falta de respeto a los padres de un soldado estadounidense de religión musulmana le está pasando mucha más factura) que por este tipo de imágenes. No hacía falta rebuscar en la hemeroteca de los años 90. Si quisieran, los medios podrían haberse hartado a publicar fotografías de alguno de los miembros femeninos del clan Trump en plan sexy (bien es verdad que no tan a flor de piel como Melania).
Desde Ivana a Marla (sus ex mujeres) a Ivanka y Tiffany (sus hijas) o incluso Lara y Vanessa (las mujeres de sus dos hijos mayores), todas ellas han posado en algún momento de sus vidas en paños menores. Hay kilos y kilos de carne Trump esperando a ser expuestos a la opinión pública, una probabilidad que probablemente sus jefes de campaña ya calculaban.