La
última frontera en la Tierra es un lugar desolado, inhóspito y muy parecido a
la superficie lunar, dijo el director cinematográfico James Cameron tras
descender a la fosa oceánica más profunda.
Y salió encantado de la
aventura.
Cameron dijo que cuando
llegó finalmente a ese extraño y oscuro lugar a 11 kilómetros (7 millas) de
profundidad en el Océano Pacífico, donde sólo otros dos hombres han descendido,
se prometió a sí mismo que brindaría por lo inusitado del viaje.
No fue algo que hizo la
primera vez que descendió hasta los restos del Titanic, y los astronautas del
Apollo dijeron que nunca tuvieron tiempo para apreciar debidamente su entorno
lunar.
“Llegó un momento en
que tuve que detenerme y decir: ‘Aquí estoy, en el fondo del océano, el lugar
más profundo en la Tierra. ¿Qué significa esto’é”, relató Cameron a periodistas
en una conferencia de prensa telefónica ofrecida tras pasar tres horas en el
fondo de la Fosa de las Marianas.
“Me dediqué a mirar por
la ventana, a mirar una llanura lunar desértica y desolada, y a apreciarla”,
contó Cameron.
Se dio cuenta además de
lo solo que estaba. “Realmente es la sensación de aislamiento más que otra
cosa, comprender lo pequeño que es uno en este vasto y oscuro lugar desconocido
e inexplorado”, dijo Cameron.
Agregó que esperaba
haber visto algún monstruo extraño, una criatura que le diera ánimos como
narrador, pero no fue así. Lo único que vio fueron criaturas diminutas
parecidas a los camarones.
Empero, no se
desilusionó, insistió. El propósito del viaje era la exploración y el avance de
la ciencia.
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